Las gallinas gordas y las gallinas flacas
Érase una vez un gallinero en el que había gallinas muy gordas y gallinas muy flacas.
Todos los días las gallinas gordas, a la hora de comer se burlaban de las gallinas flacas porque el granjero apenas les daba de comer.
Un día el granjero estaba muy contento y le entró el apetito, luego cogió un saco y fue al gallinero. Observó con atención todas las gallinas y metió a las gordas en el saco. Todas las gallinas gordas estaban tristes por el futuro que les esperaba. Entonces las gallinas flacas miraron por la ventana y les daban pena, a pesar de todo lo que les habían hecho. Entraron en la cocina y las salvaron mientras el granjero cortaba las verduras. Desde aquel momento las gallinas gordas y las gallinas flacas vivieron en paz y tranquilidad.
No es bueno reírse de las desgracias ajenas
porque siempre nos pueden pasar cosas peores.
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